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Incontinencia urinaria (06/02/2015)

Estudios aislados en Cuba sobre la incontinencia urinaria muestran que en una media del 35 al 40 % de pacientes la edad predominante sobrepasa los 60 años de edad.

La incontinencia urinaria no es más que la pérdida involuntaria de orina. La persona tie­ne una necesidad imperiosa y repentina de orinar, pero es incapaz de retener la orina, dice el doctor Juan Pablo Gurri Fuentes, Pro­fesor Asis­tente en Urología, quien se dese­m­peña en el Hospital Universitario Ca­lixto Gar­cía, en La Habana.

 
Comenta que existen estudios aislados en Cuba sobre la incontinencia urinaria en los que se plantea una media del 35 al 40 % de pacientes en los que la edad predominante sobrepasa los 60 años de edad. “Esto es de gran importancia para nuestra sociedad, va­lora, que cada vez envejece más, favoreciendo este tipo de afección”.
 
¿Es uno o son varios los tipos de in­continencia que se presentan?
Son varios. Entre ellos tenemos la in­continencia continua que no es más que la pérdida de orina durante todo el tiempo y en cualquier posición; la incontinencia de es­fuerzo, que ocurre cuando hay un escape súbito de orina asociado a tos, estornudo, ejercicio u otras actividades físicas que aumen­ten la presión intrabdominal; la in­continencia con ur­gencia miccional, du­rante una fuga de orina precedido por un deseo fuerte de orinar; y la incontinencia por rebosamiento, cuando por factores obstructivos o neuromusculares la vejiga está llena por completo y por capacidad hace que se rebase.
 
¿Cuáles son las causas fundamentales que la originan tanto en las mujeres como en los hombres?
En las mujeres las causas más frecuentes son la incontinencia de esfuerzo, luego del parto o la menopausia, y las de forma continua en las fístulas del tracto urinario con la vejiga o en malformaciones congénitas en niños. Por su parte, en los hombres es más frecuente la incontinencia por rebosamiento, sobre todo en procesos obstructivos como los tumores prostáticos, tanto malignos como benignos.
 
¿Puede ser secundaria a algún otro trastorno que padezcamos?   
Existen otros trastornos menos frecuentes que los planteados. Por ejemplo, los traumatismos de columna dorsolumbar, que con regularidad afectan la conducción nerviosa hacia la vejiga.
 
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
Por los estudios realizados se ha llegado a la conclusión de que los principales factores de riesgos son, en primer lugar, el envejecimiento, por los cambios que se producen en el tracto urinario inferior en esta etapa de la vida; el parto también favorece la aparición de esta afección por los daños nerviosos y musculares que se producen en el suelo pélvico; la cirugía, fundamentalmente la gi­necológica, puede conllevar a una u otra for­ma de incontinencia; los factores congénitos; la obesidad y la constipación también es importante tenerlas en cuenta.
 
¿Ante qué primeros signos y síntomas debemos consultar al médico? ¿A qué especialista acudir?
Los principales síntomas serían la salida de la orina con frecuencia o mantenida, pérdida de la orina relacionada con la urgencia, con actividad física, tos, estornudos, dificultad pa­ra vaciar la vejiga con pequeñas pérdidas de orina, dolor o incomodidad en el abdomen in­ferior o el área genital. Ante estos síntomas debe acudir a su médico de familia para que inicie la investigación y, posteriormente, remitir al paciente a un especialista en Urología.
 
¿Qué exámenes se requieren para es­tablecer un diagnóstico de certeza?
Las investigaciones las realiza el urólogo y están encaminadas a definir finalmente el diagnóstico clínico, como los estudios imagenológicos contrastados, pruebas de función y capacidad vesical (Urodinamia y Flu­jome­tría), y estudios endoscópicos (Cis­tos­copias).
 
¿Podría referir en qué consisten los tratamientos y cuáles son sus resultados?
De forma general los tratamientos pueden ser médicos o quirúrgicos. En los primeros se realizan ejercicios terapéuticos y fisioterapias que pueden causar una mejoría en el cuadro clínico de los pacientes. La cirugía estará en dependencia de la afección.
 
¿Es posible hablar de prevención en la incontinencia urinaria?
De hecho, teniendo en cuenta los factores de riesgos planteados anteriormente, pen­samos que luchar contra la obesidad, rea­lizar ejercicios físicos con frecuencia, evitar el tabaquismo, la profilaxis para un parto exitoso, entre otros, contribuiría a la efectividad de la terapéutica que se emplee.
 
¿Algún mensaje especial para estos pacientes?
Sabemos que esta enfermedad tiene un gran impacto por su morbilidad (frecuencia) en lo social y familiar, pero la confianza en nuestros médicos y sus tratamientos llevarán a soluciones definitivas.
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